En la ciudad de los Mangos, vamos a conocer la historia de Don Villo que hace dos años dejó esta tierra. Sin embargo, él regaló sus mejores artes a sus tres hijos, dejándoles como herencia el oficio de la sastrería. Ellos aún continúan con el legado que les dejó sus padres, usan las maquinas que él usaba y las tijeras también. Hacen un gran trabajo, pues es lo que más aprendieron de niños viendo a su progenitor realizar excelentes trajes.