Dixon, un músico cuyo oficio es tocar su guitarra por las calles, ha dedicado toda su vida a la música, que considera su único camino.
Aunque su instrumento no es convencional, ya que él mismo lo inventó, esto no le impide cumplir su sueño de llevar alegría mientras recorre distintos lugares, donde encuentra inspiración para crear nuevas melodías.
Tan amable como parece, Dixon disfruta hablar con quienes se detienen a escucharlo, porque, según dice, es a través de estas conversaciones que comprende mejor el impacto que tiene su música en los demás.