En el año 2010, un grupo de arqueólogos realizó un descubrimiento que estremeció al mundo.
En una de sus excavaciones ubicadas Italia, hallaron una tumba de la época medieval.
Que en su interior contenía el cadáver de una mujer embarazada con los restos de un feto entre las piernas.
Este misterio hizo que los expertos se plantearan dos posibilidades.
O a la mujer la enterraron viva o dio a luz después de ser sepultada, lo que resultaba aún más extraño.
Después de realizar diversas investigaciones, la científica de la Universidad de Ferrara Alba Pasini y otros colaboradores concluyeron que la mujer tuvo un parto en su ataúd, luego de ser enterrada.
Según explicó en uno de sus artículos, este proceso se debe a un fenómeno bastante peculiar denominado “extrusión fetal post mortem”.
Un mecanismo natural que se basa en la expulsión del feto por parte de la madre durante el estado de putrefacción del cadáver.
Los especialistas creen que este curioso fenómeno se produce cuando los gases naturales, que se acumulan en el abdomen durante el proceso descomposición, ejercen presión sobre el útero provocando la expulsión del feto.
Eso explicaría el hallazgo de unos pequeños huesos cerca de la pelvis de la mujer.