Moscú, capital de Rusia, comenzó la inmunización de los trabajadores con alto riesgo de contaminarse con la COVID-19 en nuevos centros de vacunación abiertos en toda la ciudad. Los creadores de la vacuna Sputnik V anunciaron una tasa de eficacia del 95%, pero omitieron un requisito desconocido: evitar el consumo de alcohol por 42 días.
El viernes 4 de diciembre, la vice primera ministra Tatiana Golíkova instó a los inmunizados a no beber alcohol hasta que no hayan pasado 42 días después de recibir la inyección. En vísperas de las fiestas de fin de año, su declaración causó polémica en las redes sociales.
“Los vacunados deben evitar los lugares públicos y reducir la ingesta de medicamentos y alcohol, ya que podrían inhibir el sistema inmunológico, dentro de los primeros 42 días (después de haberse aplicado la primera de las dos dosis)”, dijo.
Debido a la cercanía de Navidad y Año Nuevo, muchas personas que iban a vacunarse con la Sputnik V decidieron no aplicarse esta versión de la vacuna hasta el año próximo, cuando se acaben los festejos.
Rusia es el cuarto país del mundo con mayor número de casos (2,4 millones) y sufre los estragos de la segunda ola. Como sucederá en otros países del mundo, la vacunación es gratuita y voluntaria para los ciudadanos rusos.