Desde San Antonio de Desamparados, una pareja ha logrado posicionar su chile entre los más picantes de Centroamérica, un hito que los ha catapultado a competencias en Estados Unidos
Lo que comenzó como un proyecto familiar ahora se ha convertido en un negocio próspero que sustenta a su hogar, conformado por ellos y sus dos hijas, quienes ven cómo el sacrificio conjunto ha dado frutos que parecían inimaginables cuando empezaron.
Lo más sorprendente es que su fama ha traspasado océanos, ya que europeos y africanos que probaron sus productos en un festival los han contactado para felicitarlos, demostrando que su sabor y picor tienen un impacto global difícil de igualar.