Dicen que el lechero siempre anda montado en la carreta, una antigua y colorida calesa que cruje con cada movimiento. Y así tal cual es, pues gracias a eso, todas las mañanas reparte un esencial producto: leche fresca y cremosa, directo de su granja en las afueras del pueblo. Conozcamos al icónico lechero, un hombre que mantiene viva una tradición ancestral y nos conecta con la naturaleza