Redacción
Repretel.com
Lugar: castillo de Windsor, residencia real situada en el condado de Berkshire, a unos pocos kilómetros de la capital inglesa. Día: domingo 1 de marzo. Participantes: solo dos, una reina y un príncipe… que ya no quiere serlo. Los detalles de la cumbre salieron a la luz este martes luego de casi 48 horas de absoluto hermetismo. Isabel II y Harry, duque de Sussex, se reunieron en aquel palacio en secreto, sin anunciarlo, sin contarle a nadie que pasarían cuatro horas recordando anécdotas, pero sobre todo conociendo en detalle los motivos profundos que llevaron al hombre de 34 años a decidir abandonar sus responsabilidades en la Familia Real.
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La reina ocupó un papel maternal. Harry siempre fue su debilidad., mucho más después de la temprana y trágica muerte de su madre Lady Di, en 1997, cuando él tenía apenas 13 años. En el almuerzo dominical, la monarca de 93 años lo tranquilizó al señalarle que siempre sería bienvenido en su casa y que si en el futuro tanto él como Meghan Markle, la duquesa, decidían retornar a la vida protocolar serían recibidos como si nada hubiera pasado.
Del encuentro no participó nadie. Tan solo ellos dos. Se debían una comida en soledad, lejos de posibles malos entendidos e intervenciones de terceros. Comieron un salmón y una ensalada, nada grandilocuente. La comida británica no suele ser un punto fuerte o tentador.
"La Reina tenía mucho de qué hablar con Harry y este era el momento ideal para que ambos dijeran su parte. El domingo fue la primera vez que la Reina tuvo la oportunidad de hablar con Harry por su cuenta y realmente averiguar cuáles son sus planes. Era un ambiente mucho más relajado y ambos podían decir lo que pensaban”, confió una fuente sin identificar a varios diarios ingleses.
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Fue muy diferente a la anterior cumbre del pasado 13 de enero -apenas cinco días después del anuncio de su renunciamiento- en la que además de la reina, en la misma sala debió enfrentar los reproches de su padre, el príncipe Carlos y de su hermano, William.
El mismo confidente que supo sobre los detalles del almuerzo exclusivo, continuó: “Ella acepta en este momento que su decisión está tomada y que tiene la intención de vivir en América del Norte. Sin embargo, ella también quería dejar en claro que el acuerdo solo puede funcionar si no explotan su estatus real y tratan de sacar provecho, es por eso que no les dejaría usar la palabra ‘real’ para su fundación". Según los informantes reales, Isabel II también tuvo un gesto inesperado: le dejó “muy claro” a Harry que tanto él como Meghan “siempre pueden regresar si cambian de opinión” y serán recibidos con los “brazos abiertos”, según consignó el diario británico DailyMail. “Eres alguien muy querido y siempre serás bienvenido", le confió.
La señal maternal de la reina llega ocho días antes de que tanto Harry como Meghan participen de uno de sus últimos actos oficiales antes de abandonar sus responsabilidades el próximo 31 de marzo. Será el Día del Commonwealth, en Londres, el próximo 9 de marzo. Allí se verán con la monarca, pero también con el resto de la familia real: Carlos, su hermano William y su cuñada Kate Middleton. La ceremonia tradicional será transmitida en directo por la BBC para todo el mundo.
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“Cuando Enrique y Meghan anunciaron su ernuncia todo pasó muy rápido y fue muy estresante para todos los implicados. El domingo fue la primera vez que la reina tuvo la oportunidad de hablar con Harry a solas y de conocer cuáles eran sus planes. Todo ocurrió en un ambiente mucho más relajado y ambos pudieron expresarse”, señaló el confidente real.
La independencia económica y los gastos que deberán afrontar sobre su seguridad -luego de que Canadá anunciara que dejará de lado esa responsabilidad una vez que dejen de formar parte de la Familia Real-, también formaron parte del diálogo entre ambos. “La reina trata de proteger la institución y siempre está atenta a los costes de la seguridad. Es algo que tiene que terminar de resolverse. Pero Harry es un nieto muy querido… al que siempre ha protegido”.