¿Qué pasa cuando los problemas personales sobrepasan el límite y llegan al terreno laboral? Alguna vez ya te había dicho que las personas de tu trabajo se convierten en tu segunda familia por todo el tiempo que pasas con ellos y, sea cual sea tu posición, tienes que convivir con diferentes tipos de compañeros que no siempre serán de tu agrado.
Y es que seguramente habrás tenido uno de esos días en los que te sobran ganas de ponerle un alto a alguien en el trabajo y decirle un par de cosas para que te deje tranquila. Pero antes de alcanzar ese límite, que puede resultar contraproducente, trata de enfocarte en controlar tus emociones y aceptar que esas personas son parte del entorno laboral.
Si algo valioso he aprendido en este tiempo, y te puedo aconsejar, es que no debes dejar pasar mucho tiempo una situación así. Además de que interfiere en tu productividad laboral, mientras más esperes para poner un alto a esos compañeros fastidiosos más trabajo te costará dominar y superar las circunstancias.
Tal vez esto no es tarea fácil ya que es normal sentirte agredida cuando uno –o varios- de tus compañeros tienen un comportamiento grosero o buscan a toda costa ponerte el pie, sin embargo, la clave es crear conciencia de tus capacidades y mantener tu autoestima arriba para no perder el control de tus emociones, pero sobre todo para no permitir que te lastimen. Ante una agresión personal es mejor responder con inteligencia.
Finalmente debes recordar que reaccionar agresivamente no dejará nada bueno, es lo que el agresor espera y lo que podría llevar los roces personales a un nivel mayor que podrá derivar en desagradables consecuencias. Responder con enojo alimentará el poder del otro sobre ti, es mejor sorprenderlo con una actitud amable y tranquila ante la que no sabrá responder y lo dejará sin armas.
Cuéntame ¿te has enfrentado a algo parecido? ¿Qué has hecho para superarlo y salir bien librada?