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Unos cientos de personas se concentraron este jueves ante la embajada israelí, con banderas palestinas en las manos y acusando a Israel de “asesino”. “Estoy muy nerviosa, hace más de 10 días que casi no duermo”, comentaba Paola, una chilena de ascendencia palestina cuya abuela vive en Cisjordania.
“Es un momento horrible”
“No podemos hacer como si no hubiera pasado nada, es la tierra de nuestros antepasados. Nuestras familias allí están sufriendo. Y obviamente nuestras almas lo están sintiendo. Es un momento horrible, y por eso estamos todos aquí”, prosiguió.
Los palestinos llegaron al país andino primero para huir de la dominación otomana y luego de la ocupación israelí, y la gran mayoría eran cristianos, lo que facilitó su integración.
“Hamás no es Palestina”
“La mayoría de la gente aquí lamenta la muerte de ciudadanos israelíes por culpa de Hamás, pero Hamás no es Palestina”, afirmaba por su parte César, cuya familia paterna también es palestina.
“Nadie puede justificar lo que ha hecho Hamás. Pero tampoco nadie puede justificar las atrocidades que Israel comete cada día contra el pueblo palestino, no sólo en Gaza sino también en Cisjordania”, añadió.
Entre los diversos lemas coreados, algunos pedían el fin de las relaciones entre Israel y Chile, que condenó tanto los atentados de Hamás como la violenta respuesta israelí.
