El Gobierno de Uruguay anunció que las fronteras permanecerán cerradas durante el verano y la justicia de ese país perseguirá a quienes no cumplan con las medidas de cuarentena tras ingresar al país, luego de que se registrara un alarmante aumento de casos de COVID-19 durante los últimos días.
“El verano va a ser restringido y de fronteras cerradas”, dijo el presidente Luis Lacalle Pou en conferencia de prensa, luego de reunirse con autoridades de la salud y los científicos que asesoran al gobierno para tratar el incremento de casos diarios de coronavirus registrado en las últimas semanas.
Uruguay, de 3,4 millones de habitantes, ha sido elogiado por su exitoso control de la pandemia en un continente en llamas por los efectos del virus: hasta este viernes solo registraba 2.701 contagios y 53 muertes por la enfermedad.
Sin embargo, en los últimos días ha elevado el promedio diario de casos nuevos a 40, cuando en su mejor momento, a mediados de junio, llegó a tener varias jornadas sin contagios.
De los infectados, 356 son trabajadores de salud (304 ya se recuperaron, 51 siguen afectados y uno falleció), según información del diario El País. Además, siete personas permanecen en cuidados intensivos y una en cuidados intermedios. Los pacientes recuperados suman 2.204, mientras que otras 444 personas aún enfrentan la enfermedad.