El día de ayer en el centro de Hatillo se presentó una fuerte golpiza a un presunto ladrón en un local con pocos días de haber abierto.
Dicho establecimiento fue víctima de uno de los múltiples robos en la localidad, pero los dueños y trabajadores no perdonaron al aparente ladrón y tomaron la justicia por sus manos.
Policía tuvo que entrar en escena para salvar al sujeto.
El pasado fin de semana se presentó una situación similar. Un hombre sospechoso de provocar un asalto en un minisúper en Barranca de Puntarenas recibió una golpiza a manos de los propietarios del local. Al hombre lo retuvieron vecinos de la zona y lo golpearon con palos.
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Comerciantes, empresarios o personas que tomen represalias contra los delincuentes podrían incluso enfrentar penas de prisión de 3 hasta 10 años de cárcel, ya que existe la posibilidad de generar lesiones muy graves a la víctima, en el peor de los casos, cometer un homicidio.
Expertos en temas legales recomiendan ser muy mesurados y pensar en realizar este tipo de acciones.