La demencia es una enfermedad que afecta sobre todo a las personas mayores, pero es difícil de saber cómo se desarrolla. Ahora, un estudio de la Fundación ACE, de Barcelona, España, logró identificar algunos síntomas psicológicos, como la apatía o la irritabilidad, que predicen la aparición de la demencia.
La investigación, que publica la revista Scientific Reports y que, según sus autores, facilitará a la comunidad médica predecir precozmente la demencia, descubrió cuáles son los síntomas psicológicos y conductuales que anuncian un peor pronóstico de la demencia en las primeras etapas del deterioro cognitivo leve.
En concreto, el estudio analizó ocho síntomas, entre los que destacan la apatía y la irritabilidad, y detectó que cuando uno de estos dos síntomas aparece en el deterioro cognitivo suele coincidir con un empeoramiento y conversión a demencia más rápido en comparación con los que no tienen síntomas o con los que tienen otra sintomatología, como ansiedad o depresión.
Según el estudio, el 53,7% de las personas que mostraban irritabilidad (134 personas) evolucionaron a demencia en 2,7 años, y de las que presentaban síntomas de apatía (272 personas) el 54,8% lo hicieron en 2,1 años.
En cambio, en el grupo asintomático (675 personas), un 39,1% desarrollaron demencia en 3,6 años de media y en el grupo con sintomatología de ansiedad o depresión (1.056 personas) el 37,3% lo hicieron en un promedio de 3,3 años.
“Hasta el momento, en la fase previa a la demencia, lo que llamamos deterioro cognitivo leve, se había puesto el foco de atención en la ansiedad y la depresión como síntomas con mayor capacidad predictiva de demencia, pero ahora hemos visto que hay otros síntomas psicológicos y conductuales que dan pistas sobre la posible aparición precoz de una demencia”, explicó Natalia Roberto, neuropsicóloga de la Fundación ACE y autora principal del estudio.
“Esto puede ayudar a la comunidad médica a apoyar el diagnóstico precoz y a plantear diferentes opciones para el tratamiento, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de los pacientes y de sus cuidadores”, dijo Roberto.
La novedad de esta investigación radica en que el seguimiento médico de cada participante comenzó cuando el deterioro cognitivo estaba en fases muy tempranas y se llevó a cabo gracias a la colaboración de más de 2.000 personas de entre 45 y 90 años, con una media de edad de 75 años, diagnosticadas con deterioro cognitivo leve. Todas fueron diagnosticadas en la Unidad de Diagnóstico de Fundación ACE, donde les hicieron el seguimiento médico continuado.
Foto: Shutterstock.