A pesar de la disminución en las infecciones y hospitalizaciones por COVID-19, muchas personas en Costa Rica continúan enfrentando secuelas prolongadas de la enfermedad.
A nivel global, se estima que entre el 10 y el 20% de la población vive con síntomas persistentes relacionados con el SARS-CoV-2.
En nuestro país, la falta de datos específicos sobre cuántas personas sufren de estas secuelas es preocupante.
Sin embargo, la Universidad de Costa Rica (UCR) está llevando a cabo un estudio que busca esclarecer esta situación y determinar si el fenómeno en Costa Rica refleja las tendencias observadas internacionalmente.
Este estudio no solo se centrará en la prevalencia de síntomas prolongados, sino que también explorará condiciones como la prediabetes y la diabetes que han sido reportadas en pacientes recuperados a nivel mundial.
Investigadores de la UCR creen que estos hallazgos podrían ser fundamentales para desarrollar tratamientos personalizados para quienes padecen secuelas de COVID-19.
Para llevar a cabo esta investigación, la UCR está buscando participar a personas de entre 20 y 50 años que no se hayan recuperado completamente de la enfermedad y que no realicen ejercicio regularmente.
El objetivo es identificar patrones y ofrecer estrategias de manejo adaptadas a las necesidades específicas de esta población.