Un pastor evangélico de apellidos Barboza Pilarte figura como sospechoso de integrar una banda dedicada a legitimar capitales y el tráfico de droga en San José y San Carlos. Las autoridades costarricenses han denominado este hecho como el “Caso Shark”.
El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) realizó esta mañana allanamientos simultáneos contra este grupo liderado por un colombiano naturalizado costarricense de apellidos Meléndez León, quien aparece en la lista de los 50 más buscados por la agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA).
El pastor de Aguas Zarcas de San Carlos es sospechoso de utilizar su congregación para legitimar capitales mediante donaciones, sobre las cuales recae un escaso control respecto al destino de los fondos. Cabe señalar que estas donaciones no requieren justificación de origen, es decir que no es obligatorio presentar un recibo o comprobante, por lo que queda a voluntad de la organización beneficiada si establecen control o no.
Según la investigación, el culto realizaba conciertos junto con otras organizaciones religiosas internacionales, que tenían un elevado costo de producción. Algunas de estas actividades en apariencia eran financiadas por este grupo delictivo para legalizar el dinero.
La supuesta participación del religioso habría causado indignación al valerse de la fe para cometer estos hechos, según informaron las autoridades. Incluso, a los residentes de Aguas Zarcas les llamó la atención la vivienda de Barboza donde también se ubicaba el templo.
Estas investigaciones se extendieron por dos años. Al parecer, mediante donaciones y el financiamiento de las actividades del culto, se habría logrado legitimar cientos de millones de colones.