En Escazú la ola de asaltos obligó a la policía a iniciar un plan de 60 cámaras. Pero por si solas podrían dar una falsa impresión de seguridad.
Las cámaras de seguridad hacen una radiografía del delito en las principales ciudades del país.
Sin embargo no frena el fenómeno de asaltos y muchas bandas se acostumbraron al hecho de ser grabados y parece que posan.
En resumen si el sistema no es dotado de más oficiales en puntos estratégicos es dinero perdido y los delincuentes seguirán posando para ellas.
Esta mañana estuvimos en la sala de control y de monitoreo de la municipalidad de San José desde donde se observan 42 kilómetros cuadrados de la capital.