En Santiago de San Ramón de Alajuela, un lugar reconocido como el pueblo de los boyeros, cinco hombres de distintas generaciones demuestran cómo la tradición se mantiene firme en el siglo XXI.
Mientras Carrillo Chaves, de 77 años, recuerda con nostalgia cómo aprendió este oficio siendo niño, y jóvenes como Nolan Chaves, de 21 años, se suman al legado porque saben que ser boyero no solo es guiar carretas, sino también honrar una identidad cultural que ha trascendido décadas.
Este grupo de hombres han dedicado sus vidas a conservar las costumbres boyeras que definen a su comunidad, quienes, además participan en eventos clave como el desfile del 23 de febrero en San Ramón.