¿Cómo sabes cuándo es el momento perfecto para hacer algo? ¿Cuándo estás preparada para dar el paso que te lleve a lograr lo que tanto has soñado? La vida se va tan rápido y muchas veces la pasamos esperando esa señal que nos diga “¡Ahora es tú momento… Hazlo!”.
Puede que esa señal –como tú crees que será- nunca llegue, tal vez no te has dado cuenta que siempre ha estado y estará ahí frente a ti hasta que no te decidas a verla. Ya estás preparada para hacer aquello que deseas, eso en lo que sueñas día y noche. Tan sólo necesitas el coraje que te impulse a tomar las riendas de tu vida y aquellas decisiones que no has querido tomar para finalmente ser feliz.
Cuando tomamos decisiones estamos eligiendo el camino correcto ya que hacerlo es dejar de posponer un sueño, un proyecto que hemos hecho a un lado por la comodidad de seguir en tu zona de confort, ahí es en donde muchas veces nos equivocamos. Tienes que saber que, sea cual sea la decisión que tomes, siempre será la correcta y pasado un tiempo te darás cuenta que a veces, aunque las veamos como errores, resultan ser grandes lecciones.
Recuerda que la comodidad sólo te llevará a realizar y cumplir los sueños de aquellos que han luchado, trabajado y arriesgado por sus sueños, pero terminamos dejando a un lado los propios. Elegir una vida segura puede significar que nunca sepas lo que se siente ganar.
Pero algunas veces para lograr ese triunfo tienes que tomar determinaciones con la cabeza bien fría ya que puedes incluso llegar a ir en contra de tus propios sentimientos. Es aquí donde te pregunto ¿se vale traicionarse para lograrlo todo? Yo acabo de descubrir que, si quiero llegar hasta donde siempre he deseado, tendré que hacer mucho más de lo que he hecho hasta ahora aunque eso signifique traicionar mis propios sentimientos.
Vivir de un modo cómodo no es algo malo, pero si decides hacerlo no te estés lamentando por todas las oportunidades que dejaste pasar, de todos los sueños por los que no luchaste. Yo estoy cansada de sentirme de esa manera y por eso he decidido apostar e ir por todo o quedarme sin nada.