La creciente ola de violencia en el país sigue cobrando víctimas inocentes, incluyendo menores de edad. Este fin de semana, un tiroteo en Jardines de San Ramón dejó un saldo trágico con la muerte de un bebé de apenas siete meses.
Los hechos ocurrieron cuando dos sujetos en motocicleta irrumpieron violentamente en una vivienda y dispararon indiscriminadamente contra sus ocupantes. En la casa se encontraban una mujer de 34 años, un adolescente de 16 y el bebé de siete meses. El menor recibió un disparo en la cabeza y, pese a ser trasladado de emergencia al hospital, falleció a causa de la gravedad de la herida.
El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) ha registrado un preocupante incremento en las víctimas colaterales de la violencia. En el 2023, al menos 12 niños menores de 12 años fueron alcanzados por balas en distintos hechos criminales. Además, el Hospital Nacional de Niños informó que en los últimos 12 meses han atendido a 10 menores con heridas de bala, una cifra que se ha duplicado en comparación con años anteriores.
Según especialistas del centro médico, la probabilidad de supervivencia de los niños baleados depende del lugar del impacto y la cantidad de sangre en su organismo, ya que los menores pueden desangrarse más rápido que un adulto debido a su menor volumen sanguíneo.
En lo que va del 2024, 11 menores de edad han fallecido en hechos violentos; algunos han sido víctimas colaterales, mientras que otros han estado involucrados en homicidios como presuntos sicarios. Las autoridades continúan con las investigaciones para esclarecer lo sucedido en San Ramón y dar con los responsables.