En el barrio Claret, un grupo de menores de edad se hace llamar la banda de los alias “Bam-Bam”, y se ha convertido en un verdadero tormento para los vecinos.
Según los informes, estos jóvenes, aparentemente consumidores de drogas, asaltan a estudiantes y niños que transitan por la zona.
En uno de los incidentes más alarmantes, se observó a un miembro de la banda ejecutando un ingreso violento a una vivienda con un puñal.
Meses atrás, estos mismos individuos estuvieron involucrados en enfrentamientos que llevaron a la intervención de la policía.
Las autoridades sospechan que el núcleo familiar de estos menores podría estar implicado en la venta de drogas en el sector, lo que los convierte en sujetos violentos para quienes circulan por allí.
“Si estoy frente a un asaltante prefiero darle una cantidad limitada de dinero para que cometa su asalto y se retire salvaguardando mi vida y no que la emprenda contra mi integridad física en función de que no tengo ninguna disponibilidad de dinero con el cual él pueda concretar el robo”, señaló Marcelo Solano, director de la Policía Municipal de San José.
En el distrito de Merced, al que pertenece barrio Claret, se han denunciado 423 asaltos en lo que va del año, varios de los cuales han sido ejecutados por estos menores.
Para los expertos, la inclusión de adolescentes en bandas o actividades delictivas es una constante en los grupos criminales.
“Es un modus operandi de las organizaciones criminales el mensaje de la violencia a la cual de manera fría están dispuestos a llegar con tal de establecerse en una determinada posición, en un determinado límite o en el país concretamente. En virtud de eso es que ellos operan de manera altamente violenta para que sepan incluso que esa organización está dispuesta a ser tan sanguinaria y tan fría en sus eventos de muerte, de herir”, agregó Manrique González, ex investigador del OIJ.
“Cada vez la criminalidad realiza lo que se podrían llamar residencia criminal o innovaciones en sus formas de delinquir. Entonces hoy en día lo que hacen es que copian delitos de otras partes del mundo, de otras partes de Latinoamérica y las implementan en Costa Rica y es muy preocupante porque se aprovechan de la sensibilidad de personas de buen corazón susceptibles en ese mismo momento para realizar actos delictivos en su contra”, complementó Juan José Acuña, analista criminal y penalista.
Según los datos recopilados, los días en los que más se ejecutan los asaltos son los sábados, viernes e incluso a mitad de semana, como los miércoles.