El día más esperado del año para muchos había llegado. Bad Bunny se presentó en el Estadio Nacional para poner a bailar a todos sus fanáticos costarricenses y dar una fiesta inolvidable.
A pocos minutos de las 8 p.m, las pantallas del Nacional anunciaban que el momento había llegado; todo el estadio quedó a oscuras y se vio una luz en el escenario con el cantante arrancando con uno de sus temas más sonados del último álbum Un verano sin ti: “Moscow Mule”.
Y con la emoción de los miles de ticos que llegaron, el “Conejo Malo” dio sus primeras palabras al público presente en el Estadio Nacional: “Costa Rica, ¿quieren perreo?”.
Con su segundo tema de la noche, el éxito “Me Porto Bonito”, la Joya de la Sabana reventaba en un éxtasis que contagió al cantante puertorriqueño al “perrear” en una palmera que se encontraba en el escenario.
“¿Dónde están las solteras?” repetía Bad Bunny a cada momento y subió a la tarima a cuatro ticos que se emocionaban de estar subidos con su ídolo.
Para su canción “Party”, los brazaletes que le brindaron a cada persona se encendieron y todo el evento se tiñó de las luces que emitían. Además, el cielo de La Sabana reflejaba las luces azules, verdes y rojas del concierto.
Bad Bunny también les dijo a sus fanáticos costarricenses que “quiero que disfruten y la pasen bien” y que estaban en “el party más cabrón de América”.
El espectáculo también tuvo el momento que puso los pelos de punta a los que asistieron, cuando el cantante subió a una palmera y empezó a volar alrededor del estadio al ritmo de “La canción”.
Con 41 canciones tocadas, era hora de terminar la fiesta después de dos horas llenas de emoción, donde incluso transformó la canción de “Titi me preguntó” diciendo que en Costa Rica “todas son mías”, y cumplió cuando una de sus fanáticas subió al escenario a bailar con el cantante de 28 años.
Con un mensaje final agradeciendo al público a “cumplir un sueño” y con el tema “Después de la playa” acompañado de fuegos artificiales, finalizaba el concierto del Conejo Malo después de 2 años de no tocar suelo tico.