El calzoncillo no es lo que se imagina, estamos hablando de la planta que se toma apagadita. Eso es lo que nos dice Doña Irene Araya Badilla, la abuelita curandera que no conoce hospitales, solo el que tiene en el patio de su casa. Ella creció en San Antonio de Zapotal de Piedades Sur, estuvo casada 53 años, tiene cuatro hijos, nueve nietos y dos bisnietos. Es la abuelita curandera que se cura con las más de 500 plantas que tiene en el patio de su casa.